Hoy nos traemos entre manos aclarar la dualidad velos-mantillas, complementos indispensables para poner el broche de oro a un look de novia romántico y tradicional, pero que muchas veces llevan a confusión.
En este post intentaremos darte las principales características de cada uno, porque para elegir lo mejor, primero hay que diferenciarlos (¡a ver si lo logramos!). Hoy en día, el usar velo o mantilla ya no es tanto cuestión de protocolo y tradición, sino más bien del gusto personal de la novia, pero no te olvides que lo primero es asegurarte que tu opción encaje con el estilo de vestido que hayas elegido para tu boda. Déjate asesorar por estilistas y seguro que aciertas.
El velo, de origen francés en sus inicios se usó para cubrir el rostro de la novia hasta el altar y solían ser largos y sencillos. Actualmente puedes encontrarlos de distintos tamaños incluso se pueden combinar dos (doble velo). Son de tejido fino, ligero, delicado y casi transparente. Algunos se rematan con detalles bordados, blondas de encaje, puntillas…
La mantilla, de origen español, permite todo tipo de formas de colocarse y varían en función del gusto de la novia. Hoy en día, los estilistas pueden hacer auténticas maravillas y recrear todo tipo de looks “retro”, combinándola con piezas de joyería vintage, broches, tiaras, peinas y peinetas o diademas.
Os dejamos el link sobre un post que hicimos hace un tiempo sobre corona de flores para novias románticas, si lo que buscáis es un complemento algo más moderno.